Repítele  a la gente que no me quieres
Finge sonrisas a donde vayas
Diviértete con  todas las mujeres que encuentres
Busca sueños distintos en tu almohada.
Y déjate caer en otros brazos
Invéntale frases de amor a aquella con la que ahora duermes
Juega con el cariño de otras
Juega con los sentimientos que aun tienes
Intenta olvidarme a ver si puedes.
Y sácame de tu mente si lo deseas
Lávate la piel para limpiar mis caricias
Ensúciala con otras manos si te da la gana
Pero los recuerdos difícilmente se borran
Las cicatrices siempre dejan marcas.
Y quizás llenes tu memoria con nuevos momentos
Tal vez tu cuerpo se acostumbre al contacto de otros dedos
Pero lo que fue, aunque no exista, siempre queda
No podrás deshacerte tan fácilmente de mis huellas.

 



Y después de tanto tiempo coincidimos
Un torpe silencio precedió un resignado suspiro
Hablamos de todo excepto de lo que sentimos.

Y ahora, mientras nos despedimos
Cuando soy consciente de mis labios secos e intactos
Y tú te das cuenta de que deseas besarlos
Volvemos nuestras caras sabiendo que olvidamos algo
Pero se queda fuera
Ninguno quiere recordarlo.



 
 
Cariño, aquí sobran los silencios
Están de más los misterios
Ya no caben los suspiros
Pero déjale un espacio a un beso.
No hace falta una mirada
Ni una indirecta cortante
Cambia ese gesto insinuante
Pon a un lado falsos roces
Deshazte de torpes dones
Hazte diestro en los abrazos
Disminuye tus reservas
Quítate esa timidez trémula
No escatimes en caricias
Dale rienda suelta a tus frases
Deja que escape un susurro
No me escondas tus sonrisas
Que si eres tú quien las pone en mi rostro
Yo no te oculto las mías.
Añade un poco de picardía
Ante mí no te intimides
Ya hemos roto vendas y mordazas
Fuimos vulnerables ante nuestros disimulos
Ahora ya no bastan voz y ruido
Somos más que una par de clandestinos.



Que no te ofenda quien quiera sino quien pueda…

Esa gente que critica, cree que lavarse la cara todas las mañanas con agua clara le cambia el rostro, mejora su físico y la libra de imperfectos;  ésa falsa idea les da permiso de levantar su dedo y señalar a otros, sin darse cuenta que mientras lo hacen hay tres dedos señalando hacia ellos.
Se encarnan en su papel de jueces y sus argumentos, si no comienzan con frases del tipo “no te vayas a ofender”, terminan con un “tómatelo como una crítica constructiva”; lo irónico es que siempre sucede lo contrario, siempre nos resulta un insulto indirecto que al final nos termina destruyendo. Pareciera que ignoraran que lo que ayuda a crecer o mejorar son las sugerencias o las recomendaciones, algo de lo que equidistan sus absurdas “opiniones”.
Habría que prestarles una lupa para que se examinen en detalle y al menos por instantes se quiten la ceguera y recuerden que también tienen defectos, claro que bastaría con que se miraran al espejo si no tuviesen inconveniente en minimizar su ego y aceptar que no son perfectos.
A todas éstas, si en algún momento te sientes como payaso en un circo al que todos han acudido únicamente para burlarse de ti, ten en cuenta que tal vez la vida de cada uno de ellos es tan mediocre y aburrida que precisan de la tuya para sonreír.

“Ignora a quienes te critican, ellos son sólo extras en una historia en la que tú eres el protagonista”



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