Cebar el Olvido

/
0 Comentarios


No quiero jugar con sonrisas nuevas,
fingir que se estrena una bella historia sobre el escenario.
Más tarde cae el telón
y la lágrima no se cohíbe de actuar sin ensayo.
Salada,
brillosa,
cual agua de mar
o rayo soleado,
arde al anudar la garganta
y quema
mientras su andar certero
rememora heridas viejas.

La seriedad se torna amarga
y la belleza soñada deja una estela gris.
A blanco y negro se me mezclan los sentires:
tú me muestras los dientes
invitándome a un mundo que para mí no existe;
yo, párpados abiertos,
sigo presa en aquellas pupilas
que con las mías no consiguen coincidir.
Me muerdes para despertarme
y obsequiarme un trozo de realidad
que la negación me priva.
Es tan linda tu sonrisa,
pero no me cura...
 
Desearía que tus labios me obligasen
a quedarme en otras lunas,
que tu saliva fungiera como antídoto a otras cosas
a las que me he vuelto adicta,
y que el placer se incrustara en la piel
hasta espantar los dolores de mi carne...

—No quiero jugar cont...
No quiero darte ocasión de juzgarme.
Vendrás aquí para darme días dulces
donde solo voy a devolverte noches desabridas.
Abramos el telón tras bastidores
o tumbemos el teatro,
que tan poco
no es merecedor de aplauso.

Mi carcelero vuelve a darme la espalda,
quisiera obligarlo a mirar.
Como tú me miras, quizá...
Tu boca se expande a medias,
repaso su borde.
Tengo su sabor en el paladar.
“A veces tenemos dentro del puño
la llave para ser libres,
pero nos da pavor el ruido que hace la puerta
al girar la cerradura”...

—No quiero jugar con sonri...
—Shh. La mía ya se te es conocida.








No hay comentarios:

¡Coméntenos! Claro que mordemos, pero desde aquí no podemos hacerlo.

El mundo ya tiene demasiadas imitaciones. Defienda la originalidad. Con la tecnología de Blogger.