La Muerte En Sonidos

/
0 Comentarios

 

Cuando alguien muere siempre hay un sonido que nos recuerda ese último momento, ese último suspiro, esa melodía fúnebre que crepita en nuestros oídos llevándonos un mensaje triste que se aloja en nuestra memoria y que cuando es activado nos recuerda una historia melancólica, trágica, dolorosa, que envuelve un capítulo final sellado con un nombre.
Esa onda auditiva que se expande a nuestro cerebro fácilmente puede resumir un instante: el tic tac agonizante y desesperante del reloj que indicaba los minutos faltantes para una intervención, el ring del teléfono que anuncia una mala noticia, el rechinar de las llantas de un auto al chocar contra un cuerpo, el ploc desarmante cuando después de tanto silencio alguien se deja caer secamente sobre el suelo, el bravo oleaje del mar que se traga una vida, el pum de una explosión, el clic que antecede el impulso de una bala hacia la cabeza, el tac incesante de un corazón debilitado, la turbulencia alarmante de un avión antes de estrellarse, el pii eterno de un monitor cardíaco, el tan de una campana al salir de una iglesia, una risa irónica de negación, un grito lastimero hacia el cielo, un sollozo intermitente acompañado de lágrimas, un murmullo que esconde un rezo, un suspiro de resignación, un eco frío, una canción convertida en coro como símbolo de adiós.
Según la situación unos han de recordarlo como una sinfonía sombría, otros como una tonada cruel.  Pero para todos, la muerte no dejaría de ser lúgubre y oscura, un conjunto de notas enlutadas que siempre sonarían desafinadas, rotas y nefastas cada vez que se evocaran.




 






No hay comentarios:

¡Coméntenos! Claro que mordemos, pero desde aquí no podemos hacerlo.

El mundo ya tiene demasiadas imitaciones. Defienda la originalidad. Con la tecnología de Blogger.