Volviendo a Ti [I]

/
0 Comentarios

Voy a olvidarme momentáneamente de esa expresión coloquial que reza “el burro de último” y tomaré a modo personal las palabras que utiliza la cantante colombiana Shakira en uno de sus versos: “Siempre supe que es mejor, cuando hay que hablar de dos, empezar por uno mismo…
Y la verdad, cuando se trata de sentimientos es preferible empezar con los que conozco, es decir, los míos y dejar de último los que no entiendo, en éste caso los tuyos; aunque seguramente mezclaré ambos cuando intente definirlos.
Siempre he pensado que los seres humanos hacemos cosas muy estúpidas, por ejemplo: anhelar al hombre o a la mujer de nuestra vida para luego no querer vivir con él o ella, rogar por ésa persona de nuestros sueños y luego pretender no dormir ni despertar a su lado. Somos tan necios, tan inconformes, siempre ansiando lo que no tenemos en lugar de apreciar lo que ya es nuestro.
En mi caso lo confieso, estaba tan en desacuerdo con muchas de tus características o manías que preferí odiarte por encima de tus virtudes; colocar muros y kilómetros de distancia cuando estábamos a centímetros de cercanía, a milímetros de piel; cuando nuestro tiempo y espacio era lo mismo que señalar un reloj para hacer un estimado de las horas que pasaríamos en el interior de una habitación y no lo referente a separación condimentada con olvido y un toque de resignación.
A pesar de todo, hubo buenos momentos, lo admito. Asumo mi culpa pero no te absuelvo de la tuya. ¡Y vaya que la tienes! Si en lugar de haberme dejado e irte sin chistar, hubieses replicado o insistido, al menos si hubieses dicho un “¿por qué?”; era lo mínimo que podías haber hecho después de anunciar tantas veces un cambio que sólo se dio en tu vestuario, tu peinado y tu calzado. Y para nada, porque aquí pensando yo no te querría distinto, mejor sí, pero siempre el mismo.
¿Querrás perderme, en realidad vas a dejarme ir, te abrirás camino así de fácil y te alejarás de mí? No lo creo, mucho menos ahora cuando he logrado amarte por encima de tus defectos, que muero por escucharte decir “tiempo y espacio” y atarearnos contando los minutos e intentando encontrar un cuarto desocupado; conformarme contigo porque eres todo lo que necesito y no querer a más nadie porque sería inútil en otros brazos buscarte.
Te imagino en una escena muy a lo propia de unos versos de Pablo Neruda: “Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido.”
Sin embargo, sé que tiendes a seguir el tipo de frase que reza: “Si amas algo déjalo libre. Si vuelve a ti es tuyo y si no, nunca lo fue.”; aun cuando estés rabiando por tragarte tu orgullo y robarme besos que después me vas a devolver. Pero, si ya estoy de regreso y te estoy dejando claro que ni loca renuncio a ti para que otra te contrate, ¿qué estás esperando tú para volver? Eso es lo único que no puedo entender.

 


 


No hay comentarios:

¡Coméntenos! Claro que mordemos, pero desde aquí no podemos hacerlo.

El mundo ya tiene demasiadas imitaciones. Defienda la originalidad. Con la tecnología de Blogger.