Tinto

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Fotografía de Oleg Oprisco

Labios resecos y voz destemplada,
recuerdos derramados
cual vino en copa rota.
Rojo en el suelo,
acaso mezcla de sangre y ebriedad:
no sé si me ha cortado
el cristal del licor no recetado
o el filo de tu frialdad.
Ojos henchidos
no de ira ni de orgullo,
dolor recogido en el lagrimal.
Humedad en las sábanas,
¿accidente o propósito?
La lavará la ausencia o la soledad.
Manos que tiemblan,
frío convertido en el vestigio
de un suspiro.
Susurros...
Aliento viciado
con regusto a silencio forzado,
algún platillo insípido
y el humo rancio
de un viejo cigarrillo.
Cae al suelo,
encendido,
levanto la copa
vacía,
manchada,
rota,
y brindo.





4 comentarios:

  1. Menuda imagen... vale tanto la doble explicación del principio (ausencia o soledad, sangre o ebriedad) como la nula explicación del final (por innnecesaria o por tremenda) Genial, chin chin!

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    1. ¡Salud! (Así se brinda por aquí). ¡Muchísimas gracias, Javier! ¡Besotes! ;)

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  2. Enigmático, sin duda. Para mí, "Tinto" no tiene más que connotaciones positivas, ja ja... Pero en tu texto se embebe de un tinte dramático, porque no hay nada que augure un futuro menos prometedor que brindar con una copa vacía, manchada o rota. En cualquier caso, es un placer leerte, porque el regusto de tus letras siempre me deja pensando... En este caso, incluso en el género del narrador
    Un abrazo fuerte, Fritzy

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    1. Jajaj, depende de por qué esté rota o vacía y también de qué esté manchada. ¡Muchísimas gracias, Isidoro! Te iba a revelar el género del narrador(a), pero para no romperte el enigma... ¡Un abrazote!! ;)

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