Errando Se Aprende

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¿Cuántas veces necesitas hacer algo mal para aprender a hacerlo bien? En la naturaleza de todo ser humano está errar, estamos casi programados o diseñados para aprender a los golpes, a los trancazos, equivocándonos a cada rato como si no bastara una vez para que las cosas saliesen bien, como si fuese demasiado complejo hacer lo correcto al primer intento, como si fuese indispensable precisar de una segunda oportunidad para demostrar lo que podemos lograr.  Por algo alguien habrá creado la frase “echando a perder se aprende” y la verdad, después de fallar tantas veces, llega un momento en que por ley hay que acertar aunque también toque enmendar todo lo que se hizo mal.
Y qué más da, si tenemos toda una vida para practicar. Todos sabemos que ésta no viene con manuales ni instrucciones, obtenemos conocimiento por ensayo y por error, por causa y efecto y en el último de los casos, lo peor que puede pasarnos es que tengamos que empezar de nuevo.

“La vida es como un deporte extremo, todos los días arriesgamos algo para seguirla viviendo y aun así nada asegura que no muramos en el intento"…







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