Muchas Nueces

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2 Comentarios

Hay una sensación extraña en el aire. El tabique sobre nuestras cabezas amenaza con resquebrajarse. Trozos colgantes de su estructura se pelean sigilosamente por obtener el primer turno para despojarnos de la vista...
No los mires.
No los mires...
¡No los mires!
Las rejas proyectan sombras en las paredes, parecen aprisionarnos dos veces dentro de este espacio incompleto que ni es jaula ni habitación y es ambas al mismo tiempo. Se oyen pasos mellando el suelo, que se queja crujiendo en sintonía con los sonidos que nos repiquetean los sentidos y nos hacen eco en el cuerpo. Un murmullo sostenido intercambia sitio con un concierto de gritos y quejidos. Hay una sensación extraña en el aire. Percibo el miedo. Lo huelo... No me gusta esta antesala al silencio.

Aldo Simetra





2 comentarios:

  1. Ahhhhh! ¿Y cuándo empieza alguien a gritar???? Buenísimo microrrelato. Tiene todos los ingredientes!!

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    1. Te agradezco, Javier. A estas alturas creo que ya alguien lo ha hecho, pero sería materia de un relato más extenso. Un gran abrazo desde por acá.

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