Grandes Esperanzas‏

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Todos alguna vez hemos puesto nuestras expectativas en alto, tan alto que a veces soñamos demasiado y no nos damos cuenta de la nube en la que volamos hasta que la realidad nos hace caer de golpe y al reaccionar, nos decepcionamos.
Por instantes, no puedes creer encontrarte en un nivel tan bajo y tan distante del que habías pensado pero no tienes tiempo ni ganas para dormir nuevamente y esperar que al abrir los ojos lo que imaginaste lo tengas dibujado al frente, mucho menos cuando te toca recomponerte de haberte estrellado tan fuerte.Y mientras, te lamentas de no haber despertado antes, te culpas de haberte dejado llevar por tus esperanzas e ilusiones y no haberles puesto frenos oportunamente.
Es cierto, la imaginación es un espacio en constante construcción y es muy difícil ponerle límites a nuestros anhelos pero no podemos obviar que el mundo real no está hecho para cumplir nuestros caprichos o deseos.
Lo ideal sería pisar sobre seguro y no dejar que nuestros pies se eleven del suelo cuando soñamos despiertos, teniendo presente que la intensidad de nuestras heridas dependerá del tamaño de nuestras fantasías pues aunque cueste un poco, hay que ser realistas.




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