NO Todos Los Hombres Son Iguales

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Todo hombre ha escuchado esa frase que lidera el repertorio de las féminas cuando se quedan sin argumentos y necesitan ponerle la guinda al pastel: “Es que todos los hombres son iguales”. ¡Sí señor! Y tal parece que cuando la dicen no necesitan explicar nada más, se sobrentiende todo con pronunciarla. Y cómo no, no falta la fiel amiga que la secunda (o no importa si es una desconocida, las une de algún modo "la solidaridad femenina"), y que repite: “sí vale así son todos, están cortados con la misma tijera”. Y así sin más somos reducidos a vulgares figurillas de papel sin cuerpo, sin mente y sin sentimientos, porque otra cosa que no hay que discutirles es que los hombres no contamos con nada de eso.
Sin embargo, cosa curiosa, siguen buscando príncipes azules estando según ellas seguras que se toparan con ranas, continúan comparándonos con animales preocupados por nuestras propias necesidades, pero aun así pretendiendo que nos comportemos como caballeros atentos a las suyas. ¡Y quién las entiende, hombre! O somos una cosa o la otra, o quieren esto o quieren aquello y, sin importar lo que les des, terminan pronunciando la misma trillada frasecita.
Y precisamente eso, el tener todas ese mismo pensamiento, es lo que les impide ser tratadas diferente. ¿Ven cómo son también todas iguales? ¡Ah no, eso sí que no! ¡Como yo no hay dos! Salen corriendo a replicar. Vale, porque ellas sí que son únicas y punto, no hay nada que agregar.
Y ahí están, buscando a alguien que se les compare, que sea lo mismo que ellas de especial y así, van eligiendo sin cesar entre la multitud. A lo que uno desconcertado se dice: -No y que somos todos iguales, quédate con quien sea y listo. Entonces ellas contestan ocurrentes: “Es que esperamos equivocarnos y encontrar algún día alguien distinto entre tanto parecido”. No te digo, es que hasta en este asunto también son indecisas. ¡Mujeres!
Ya quisiera saber yo como identificaría cada una a su chico si fuera igual al resto porque, sinceramente, las únicas similitudes que nos unen “propiamente hablando” es que morimos por las mujeres, nos fascina el deporte y tenemos pene.
Pero ya, hablando en serio chicas, dejen de insistir en conseguir a un hombre de otro mundo, puesto que aquí no hay extraterrestres y es obvio que no podrán conseguirlo. Y acéptenlo, si algún día llegasen a encontrar a alguien real y completamente distinto a todos, se halarían de los pelos reprochándose: ¿por qué rayos no es igual al resto?

[Escrito por un hombre cansado de que lo igualen o lo comparen con todos los de su gremio por mujeres que olvidan comportarse como damas y que aun así esperan ser tratadas como reinas; y que ya crecidas y viviendo en el mundo real, siguen esperando que un caballero vestido de azul baje de un caballo, les prometa un castillo y las convierta en princesas.

Despierten de una vez: las ropas se destiñen, las coronas se caen y los castillos se derrumban, pero aun así el hombre y la mujer no dejan de necesitarse nunca.]

Aldo Simetra





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