Trozos

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Se quiebra un vaso, un jarrón se hace añicos al chocar contra el suelo, una vajilla se rompe de improviso por un mal movimiento y ya se está buscando la escoba para limpiar los destrozos sin tanto remordimiento. Pero no las personas, ellas se apegan. Rompen sentimientos, rompen ilusiones y ya están intentando recomponer corazones y relaciones. Se sirven del pegamento y del adhesivo que no son capaces siquiera de reparar el cristal más fino o la más barata porcelana, e inútilmente tratan de volver a encajar las piezas de un rompecabezas con la mitad de las piezas extraviadas. Y qué consiguen en el mejor de los casos, un jarrón semiacabado con un montón de cicatrices que se desmorona lentamente al más mínimo contacto o un vaso reconstruido en el que nadie será tan osado de servirse algo.
¿Por qué se esfuerzan en vano? Ya sé, por ese estúpido miedo a perder lo más preciado, por esa tontería de querer mantener igual lo que ya ha cambiado, por ese pensamiento idiota que les hace creer que lo que fue siempre puede ser y permanecer, en fin, por ese bendito “siempre” del que nadie se quiere deshacer. Y mientras tratan inútilmente de curar el daño, parecen tontos dramatizando un papel que en lo absoluto les queda bien: más cinta adhesiva, por favor, un poco de pegamento por aquí y ¡ya está! Vuelven a sonreír. A medias claro, mientras se saludan por educación, mientras esquivan la mirada y se tratan por la política acostumbrada, pero por dentro lo saben: ninguno quiere verse las caras. ¡Que viva la hipocresía!
Y ¡puf! Explota el jarrón, el vaso débilmente se desmorona, otra vez trozos, otra vez polvo. ¿Y qué harán? ¿Volver a juntar lo que, en definitiva, no se completará jamás? ¡Ay! Desháganse de las migajas de una vez por todas y dejen que lo que fue se marche en paz.
Pero si insisten en hacer como los gatos, que después de cagarla le echan tierra a su gracia; recuerden que hay cosas que no se enmascaran, siguen apestando aún a kilómetros de distancia.

[A veces pienso que de tantas personas que se han llevado un trozo de nuestro corazón, el pobre siempre está en constante construcción.]





2 comentarios:

  1. Mira Fritzy tu y yo vamos a tener una conversación muy seria sobre este escrito, esta fino pero igual,,, se me hace familiar...

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  2. ¡Ay mamá!! jajajajajaja.. Bueno, es que no me podía quedar con la piedrita, pienso que muchos necesitan escarmentar..

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